
Por Gonzalo Burgos
Hola…noto últimamente una clara y peligrosísima tendencia a la no reflexión…
Hay dos palabras con las que últimamente se nos llena a todos la boca cuando hablamos, sobre todo a los tertulianos… esos raros especímenes que saben de todo y hablan de lo que se les pida sin ningún rubor, por cierto, ninguno predijo la terrible crisis en la que estamos sumergidos desde hace tantos años… pues bien, esas dos palabras están relacionadas con la falta de empleo y la terrorífica bajada del consumo: INTERNACIONALIZACIÓN Y EMPRENDEORES.
¡Claro! 6 millones de parados han quitado del escenario de las “compras alegres” a una tercera parte de los consumidores nacionales. A cualquier cuenta de explotación que le retiremos 1/3 de cualquier cosa, clientes, ventas, beneficios, etc… entra en quiebra.
¡Ah! ¿Que no tenemos empresas para generar empleo? Pues ¡ya está! Promocionamos emprendedores que las abran… ¿¿¿ ??? … esto es peligrosísimo, ya que nos deberíamos preocupar, con mucho más interés, de la formación que de la financiación.
Si un proyecto está bien estudiado y analizadas todas sus posibles causas de éxito y de fracaso, siempre habrá un banco que crea en nosotros, pero si nos falla el conocimiento, si no tenemos formación, si nacemos por ello a la deriva… el fracaso está garantizado. Esto de ser empresario señores, esto es mucho más difícil de lo que parece.
La otra gran pregunta. ¡Ah! ¿Que no tenemos clientes para vender lo que tenemos que vender? No pasa nada, salimos al extranjero (que es muy grande) e INTERNACIONALIZAMOS la empresa… ¿¿¿ ??? Qué locura ¿no?.
Internacionalizar una empresa es muy complicado, muy caro y muy difícil.
Aquí creo que la Franquicia tiene mucho que decir y enseñar. Ellos, sí viven de eso, de expandirse en otros países, en otras culturas, en otros mercados diferentes a los suyos, a los que tienen que analizar, investigar, testar, sobre los que tienen que vivir, prosperar y prometer rentabilidades similares a las que obtienen en sus países de origen y, para eso, se gastan mucho dinero para saber cómo les afectará a su negocio las diferencias de costes laborales, de materias primas, como les influirán las diferencia tecnológicas, los hábitos de consumo de sus nuevos clientes, las cuestiones de leyes, ordenanzas y disposiciones locales, como anda la competencia en su nuevo mercado y anticiparse a los problemas para que cuando surjan no les afecte a sus tiendas… ¿Y todo esto es fácil? ¿Es acaso barato? ¿No es más bien una apuesta sin respuesta?.
Estas variables tan profundas y estas adaptaciones a nuevos públicos en nuevos entornos, solo podrán resolverse, analizarse y comprenderse desde la perspectiva que nos dará el conocimiento, la cultura y la preparación adecuada y, sin ello, a esto no se le llama empresa si no aventura.
Hola…noto últimamente una clara y peligrosísima tendencia a la no reflexión…
Hay dos palabras con las que últimamente se nos llena a todos la boca cuando hablamos, sobre todo a los tertulianos… esos raros especímenes que saben de todo y hablan de lo que se les pida sin ningún rubor, por cierto, ninguno predijo la terrible crisis en la que estamos sumergidos desde hace tantos años… pues bien, esas dos palabras están relacionadas con la falta de empleo y la terrorífica bajada del consumo: INTERNACIONALIZACIÓN Y EMPRENDEORES.
¡Claro! 6 millones de parados han quitado del escenario de las “compras alegres” a una tercera parte de los consumidores nacionales. A cualquier cuenta de explotación que le retiremos 1/3 de cualquier cosa, clientes, ventas, beneficios, etc… entra en quiebra.
¡Ah! ¿Que no tenemos empresas para generar empleo? Pues ¡ya está! Promocionamos emprendedores que las abran… ¿¿¿ ??? … esto es peligrosísimo, ya que nos deberíamos preocupar, con mucho más interés, de la formación que de la financiación.
Si un proyecto está bien estudiado y analizadas todas sus posibles causas de éxito y de fracaso, siempre habrá un banco que crea en nosotros, pero si nos falla el conocimiento, si no tenemos formación, si nacemos por ello a la deriva… el fracaso está garantizado. Esto de ser empresario señores, esto es mucho más difícil de lo que parece.
La otra gran pregunta. ¡Ah! ¿Que no tenemos clientes para vender lo que tenemos que vender? No pasa nada, salimos al extranjero (que es muy grande) e INTERNACIONALIZAMOS la empresa… ¿¿¿ ??? Qué locura ¿no?.
Internacionalizar una empresa es muy complicado, muy caro y muy difícil.
Aquí creo que la Franquicia tiene mucho que decir y enseñar. Ellos, sí viven de eso, de expandirse en otros países, en otras culturas, en otros mercados diferentes a los suyos, a los que tienen que analizar, investigar, testar, sobre los que tienen que vivir, prosperar y prometer rentabilidades similares a las que obtienen en sus países de origen y, para eso, se gastan mucho dinero para saber cómo les afectará a su negocio las diferencias de costes laborales, de materias primas, como les influirán las diferencia tecnológicas, los hábitos de consumo de sus nuevos clientes, las cuestiones de leyes, ordenanzas y disposiciones locales, como anda la competencia en su nuevo mercado y anticiparse a los problemas para que cuando surjan no les afecte a sus tiendas… ¿Y todo esto es fácil? ¿Es acaso barato? ¿No es más bien una apuesta sin respuesta?.
Estas variables tan profundas y estas adaptaciones a nuevos públicos en nuevos entornos, solo podrán resolverse, analizarse y comprenderse desde la perspectiva que nos dará el conocimiento, la cultura y la preparación adecuada y, sin ello, a esto no se le llama empresa si no aventura.