Seguramente de un tiempo a esta parte hayas oído muchas veces el término de economía circular, pero ¿Sabes realmente qué significa? ¿Qué supone para los modelos productivos y organizacionales de empresas e industrias? Pasar de un modelo lineal de producción- basado en la adquisición, uso y desecho – a otro modelo circular- en el que recursos, materiales y productos se mantienen durante el mayor tiempo posible con una importante reducción de residuos – pone a las empresas como uno de los actores impulsores de este cambio.
Según el Plan “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” elaborado por la Comisión Europea invertir en este cambio de modelo supondrá un incremento del 8% en el PIB de las empresas de la UE, así como un fomento del empleo con la creación de puestos de trabajo asociados a esta economía circular. En concreto, se computa 4 millones de trabajadores en el sector, un 6% más que en 2012.
¿Qué caracteriza una economía circular?
La economía circular está asociada a la sostenibilidad y la eficiencia. Propone un nuevo modelo de producción y consumo en el que la gestión de los residuos está presente desde el origen del ciclo productivo hasta su llegada al mercado. Nada se tira, todo se reutiliza y el ciclo de vida de los productos tiende a alargarse. Cuánto más tiempo se utilicen los materiales y recursos, más valor se extrae de ellos.
Además, las materias primas cobran una especial importancia junto con la gestión de los residuos. A diferencia de la economía lineal, que vincula su desarrollo con el consumo de recursos naturales, la economía circular optimiza el uso y recuperación de materiales, con el consiguiente impacto positivo en la huella ambiental.

La economía circular se basa en tres principios:
- Preservar y mejorar el capital natural. Las reservas y recursos naturales son finitos. Un modelo circular busca la manera más eficiente de utilización de los recursos naturales y renovables.
- Optimizar el uso de los recursos. Significa utilizar productos, componentes y materias con una utilidad máxima. Se busca una mayor rotación de los componentes, mayor ciclo de utilización y, por tanto, mayor ciclo de vida. Los productos deben diseñarse para que sus componentes puedan repararse y reutilizarse.
- Promover la eficacia del sistema. Implica reducir daños y gestionar factores externos como la utilización del suelo.
Las empresas, en el centro de esta transformación
En la transición hacia un modelo de economía circular intervienen muchos actores, pero las empresas tienen un papel determinante en él.
La Unión Europea le otorga un papel vital en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los llamados ODS, . En el documento Hacia una Europa sostenible en 2030, las empresas están muy presentes como actores de alto impacto y propone iniciativas para integrar este modelo circular en sus organizaciones.
Innovación, tecnología y digitalización así como la responsabilidad social y los nuevos modelos de negocio son las propuestas relacionadas con las empresas y el sector empresarial.
Indicadores de la economía circular
La Comisión Europea calcula que un modelo económico de cero emisiones podría incrementar el Producto Interior Bruto hasta un 2%. Otros informes hablan de una inyección a la economía mundial de más de 4.500 millones de euros.
Además está el impacto en el empleo con la creación de los llamados “empleos verdes”. En España, la economía verde ha generado medio millón de empleos, lo que supone un 2,5% de la ocupación.
Pero quizá, la cifra más significativa es la de los ahorros por la reducción de costes provocados por los episodios de climatología extrema. Inundaciones, sequías, olas de calor… Según la Agencia Europa de Medio Ambiente, entre 1980 y 2016 estos costes de reparaciones superaron los 400.000 millones de euros.
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